Historia de la batería.VII

El principio básico de la batería convencional es una placa de rejilla fundida de una aleación de plomo y antimonio, éste en proporciones de hasta 12% o más. Básicamente es la misma batería con placas empastadas inventadas por Volckmar y Sellon hace 120 años. El antimonio fortalece el plomo blando, mejora la adhesión de la masa activa y protege contra la corrosión. A menudo los componentes adicionales, tales como selenio y arsénico se añaden con el fin de mejorar aún más las propiedades.

La carga de antimonio puede producir un gas muy venenoso llamado estibina o hidruro de antimonio (SbH3). Tiene el olor característico a huevos podridos. La estibina no es térmicamente muy estable: se disuelve lentamente a temperatura ambiente. Los productos de descomposición son el hidrógeno y el antimonio metálico. Este último se deposita sobre la placa negativa. Como resultado, la tensión de gas en la placa negativa se reducirá en 200 mV por lo que la batería producirá más gases y consumirá más agua. Al mismo tiempo, la tasa de autodescarga se incrementará.

A medida que más antimonio se deposita sobre la placa negativa más estibina será producida durante la carga. Más estibina significa más depósito en la placa negativa, y esta es la razón por la que una batería con alto contenido de antimonio sufrirá de un mayor consumo de agua y auto-descarga a medida que envejece.

 
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